AT HOME WITH
Artistic Director
Bretaña
ISABELLE LAYDIER, DIRECTORA ARTÍSTICA Y COFUNDADORA DE LA REVISTA BLUMENHAUS, ES FRANCO-DANESA, NACIDA EN BRUSELAS DE MADRE DANESA Y PADRE FRANCÉS. TRAS VIVIR 14 AÑOS EN PARÍS, ISABELLE DECIDIÓ COMENZAR UNA NUEVA ETAPA EN BRETAÑA JUNTO A SU PAREJA Y SU HIJA PEQUEÑA.
La naturaleza y el arte siempre han estado presentes en mi vida, aunque de diferentes maneras según la etapa. Ambas pasiones surgieron desde muy temprano, en gran parte gracias a mi madre, a quien siempre recuerdo con lápices en la mano.
Llevamos solo un año en esta casa, así que todavía estamos dándole nuestro toque. Cuando llegamos, hicimos algunos cambios: pintamos todo de blanco (las paredes eran grises, marrones y verde manzana) y mi pareja instaló un suelo de parquet. El verano pasado también añadimos un invernadero en el jardín. En cuanto al estilo, creo que varía según los espacios. Algunas estancias son más recargadas, otras más minimalistas, pero la casa en sí cobra vida a través de los muebles y objetos que hemos ido encontrando en mercadillos o durante nuestros viajes.
Creo que mi biblioteca es un reflejo de mi personalidad y de mis fuentes de inspiración. Hay libros esotéricos, tratados filosóficos, cuentos infantiles, novelas gráficas y libros de botánica... Es una mezcla ecléctica y llena de vida.
En 2020, cofundé Blumenhaus con mi querida amiga Camille Gressier. Se trata de un libro de arte sobre botánica, abordado desde la perspectiva de la ilustración, la moda y diferentes temas. Trabajamos juntas durante años y siempre dijimos que algún día crearíamos un proyecto para nosotras.
En casa me gusta rodearme de objetos y libros que me inspiran, pero también encuentro mucha inspiración fuera. Creo que el movimiento es esencial en el proceso creativo: viajar, visitar exposiciones o simplemente dar un paseo por el bosque puede ser suficiente para despertar nuevas ideas.
Las primeras piezas que descubrí fueron las sillas del comedor, me encantaron sus diseños refinados y los colores tan bien combinados. Luego fui conociendo el resto de la colección y terminé enamorándome de ella.
Para mí, tienen un aire muy artístico. Son casi como obras de arte que elevan el ambiente de cualquier espacio.
Tuvimos la suerte de colaborar con Serres Lams, una empresa francesa que fabrica invernaderos. Este espacio se ha convertido en una especie de burbuja de bienestar, un pequeño mundo aparte. Lo dividí en dos zonas: en un lado tengo un escritorio donde dibujo y trabajo cuando hace buen tiempo, y en el otro, un huerto donde recientemente hemos plantado tomates, rábanos y pepinos.
En los últimos siete años, mi pareja y yo nos hemos mudado cuatro veces, y la planta que siempre nos ha acompañado es la hiedra del diablo. Es fácil de cuidar y me encanta cómo se puede colgar, creando un efecto de jungla en casa. También me gusta recoger flores del jardín según la temporada. Tenemos azafranes, lirios, jacintos, tulipanes, eléboros, anémonas japonesas, lilas y manzanilla, entre otras.
Tengo dos: el sofá lateral de terciopelo, que es increíblemente cómodo, y la mesa de madera de mango, perfecta para reunir a varias personas en una cena.
Rosa empolvado, verde abeto o azul bebé.
En arquitectura, me fascina el art nouveau, con sus curvas y motivos florales.
Me gusta poder disfrutar de ambos, pero para sentirme realmente bien necesito pasar más tiempo en el campo que en la ciudad.
No tengo un referente único, me gusta mezclar piezas nuevas y antiguas para crear algo personal y único.